jueves, 5 de noviembre de 2009

CUANDO YO ME VAYA.


Cuando yo me vaya
Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio sin decir palabras,
y vive de recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño
por algo me duermo, por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada
y casi en el aire con paso muy fino.

Búscame en mi casa, búscame en mis cartas,
entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mis suéteres, mi saco,
y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.

Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo no me tengas lástima
corre hacia el espacio, libera tu alma.

Palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara,
besa bien la tierra, toma toda el agua,
y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto.
Búscame en los niños, el café, la radio,
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga.
Grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no estés más.
Los hombres que viven no se mueren nunca,
se duermen a ratos, de a ratos pequeños
y el sueño infinito es solo una excusa.

Cuando yo me vaya extiende tu mano
y estarás conmigo sellado en contacto
y aunque no me veas, y aunque no me palpes
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces un día; sonriente y vibrante
sabrás que volví para no marcharme.

Carlos Alberto Boaglio.

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