Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a los tres años del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años publicó sus primeros versos en la prensa local, y empezó a estudiar para maestra. En 1906 se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión que le causó aquella pérdida surgieron sus primeros versos importantes.
AUSENCIA.
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campanacerrada a cuanto no somos nosotros.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campanacerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos, que se devanaban,en lanzaderas, delante tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡Y en tu pasión que retumba en la noche,como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
(1889-1957)
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