En Las Vegas, capital mundial de las uniones veloces y del juego, los candidatos al matrimonio se colocarán en largas filas el sábado, esperando que la fecha 7 de julio de 2007 (7/07/07), que se cree traerá suerte, les asegure la felicidad conyugal "para siempre".
Desafiando temperaturas por encima de los 40 grados centígrados, típicas de esta estación en el corazón del desierto de Nevada (oeste), las parejas acudirán a una de las cuarenta capillas de la ciudad o a una de las múltiples salas dedicadas a las bodas en los hoteles-casino.
"Desde hace 49 años estoy en este trabajo y jamás habíamos tenido tanto trabajo. Es nuestro momento mágico, histérico, histórico de amor", afirma Charlotte Richards, propietaria de la 'Little White Chapel' ('Pequeña Capilla Blanca') instalada en el famoso 'Strip', el gran bulevar de Las Vegas bordeado de palmeras y de casinos gigantes.
Unas 3.000 parejas han solicitado casarse el sábado en el condado de Clark del que Las Vegas es capital, para felicidad de una ciudad que vive por y para el dinero y que recibe unos 38 millones de visitantes al año.
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