viernes, 11 de mayo de 2007

ALFONSINA STORNI.


Alfonsina Storni (1892-1938), esta escritora argentina nació en Suiza en 1892, en la región de habla italiana. Vivió en Rosario, estudió Magisterio en la Escuela Normal y fue profesora de arte dramático, hizo alguna incursión en el teatro, pero lo más conocido de su obra son sus libros de poemas.
Comenzó su carrera literaria en 1916 con La inquietud del rosal, que recoge las sugestiones intimistas y sentimentales de un post-romanticismo, y publicó El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).
Después realizó viajes a Europa, en 1930 y 1934, que influenciaron en su obra, se sumó a este cambio, su azarosa vida amorosa y su lucha por el papel de la mujer en la sociedad de la época, además de manejar el tema de la sinceridad erótica. Publicó en esta etapa Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Escribe con menos cánones, y con expresión libre y desprejuiciada.
Se suicidó en 1938 en Mar del Plata, sintiendo la impotencia ante el dolor producido por el cáncer. La noche anterior a que se internara en el mar desde la playa La Perla, escribió un poema, que envió al diario argentino La nación, y que fue publicado con su necrológica: “Voy a dormir”, y que se cree estaba dirigida a su hijo.

ALMA DESNUDA.
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola va
dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio,
una violeta,Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares.
Dioses que no se bajan a cegarla,
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al inviemo que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
Con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia,
De un suspiro, de un verso en que se ruega.
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
LA CARICIA PERDIDA.

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento,
al rodar,la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en el viento te llaman esta noche,
viajero,si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?
(Languidez)

VOY A DORMIR.

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;una constelación,
la que te guste;todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...
Te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
(24 de octubre de 1938)
(29-05- 1892 /25-10-1938)

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